BUSCAR TRABAJO COMO PROGRAMADOR: el nuevo TINDER 🔥

Buscar trabajo como programador es una competición entre candidatos por ver quién consigue convencer a la empresa con su ritual del cortejo.

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Sector IT y empleo

Conseguir trabajo como programador es agotador

En esta vida, solo hay una cosa más difícil que encontrar a tu media naranja en Tinder: encontrar trabajo como programador.

La búsqueda de empleo en el sector tecnológico se ha convertido en una pesca de arrastre que cada día me recuerda más a las aplicaciones de citas.

Le doy “me gusta” a todas las ofertas de trabajo que me pasan por delante, porque sé que, en el mejor de los casos, conseguiré una entrevista por cada diez currículums que envíe.

El los procesos de selección, el primer filtrado de currículums lo realizan personas de recursos humanos que ni siquiera saben distinguir entre Java y JavaScript. No importa que tu perfil profesional haga un match perfecto con la oferta de trabajo. Estos seres de luz no serían capaces de diferenciar a un recién graduado en la universidad de un Steve Wozniak en su prime.

Soy Carlos Sala, desarrollador de software, y estos son los motivos por los que encontrar trabajo como programador es tan injusto y desesperante como esperar a que la chica que te gusta se fije en ti.

Hay demasiados peces en el mar

En los últimos años, el número de programadores en todo el mundo no ha dejado de crecer.

Como es lógico, se ha corrido la voz de las buenas condiciones que tienen los puestos de trabajo tecnológicos y cada vez más gente decide formarse para dedicarse al desarrollo de software como profesión. Y si no te gusta programar ¡no te preocupes! Seguro que te empieza a gustar cuando veas los ceros de tu primera nómina en la cuenta del banco.

Esto es positivo por una parte, ya que la competencia nos obliga a sacar nuestra mejor versión para destacar entre el resto de los competidores. Pero, por otro lado, deja un escenario demasiado multitudinario para que los reclutadores, y los candidatos a programadores, puedan separar el grano de la paja en los procesos de selección de personal.

Las ofertas de trabajo reciben demasiados “me gusta”

Desde el punto de vista de los reclutadores, las ofertas de trabajo reciben demasiadas candidaturas. Igual que las chicas en Tinder con los “me gusta”.

Has recibido 99 me gusta en Tinder

Esta avalancha de currículums obliga a los de recursos humanos a añadir a los procesos de selección filtros que no tienen nada que ver con las habilidades como programadores de los candidatos. Ya que no hay tiempo físico para conceder entrevistas a los cientos o miles de personas que postulan al puesto.

Los filtros que aplican las compañías para encontrar a su pretendiente ideal son:

  • Filtrado de currículums por palabras clave con los nombres de las tecnologías que se requieren en la oferta.
  • Si tienen un título universitario en ingeniería informática.
  • Los años de experiencia que tienen.
  • El orden en el que han recibido los currículums.
  • Y otros aspectos tan irrelevantes como la edad del candidato o su género.

No culpo a las empresas por utilizar estos criterios para filtrar a los candidatos porque si no, no terminarían nunca. Pero todos esos filtros de descarte, sumados a que ningún reclutador tiene ni idea de programación, convierten en aleatorio el hecho de conseguir, o no, la primera entrevista del proceso.

A los programadores les gustan todas las ofertas de trabajo

Por nuestra parte, los programadores también hemos contribuido a que la búsqueda de empleo como desarrollador de software se haya convertido en una discoteca a las 04:00AM.

Dinesh, de la serie, Silicon Valley, diciendo hola

El problema es que nos gustan todas. Todas las ofertas de trabajo, me refiero:

  • Los programadores fullstack, además de a los puestos más adecuados, se presentan a los de frontend y a los de backend, porque, más o menos, pueden hacerlo todo.
  • Como consecuencia de la implantación del teletrabajo, a una oferta de una empresa de tu ciudad, envían su candidatura programadores de todo el mundo. Además, algunos están dispuestos a trabajar hasta por menos dinero que tú.
  • Otros, aunque no cumplen ninguno con los requisitos de la oferta, envían su currículum para ver si, por obra de Dios, consiguen infiltrarse en la empresa como el caballo de Troya.

Hay demasiados pretendientes para tan pocas empresas. Esto genera un círculo vicioso, ya que los programadores al saberlo, enviamos nuestro currículum en masa a decenas o cientos de ofertas, porque la mayoría de ellos ni siquiera van a ser leídos por los reclutadores. Es prácticamente como lanzar un mensaje en una botella al mar.

¿Cómo podemos llamar la atención de la compañía que de verdad nos gusta si antes de nosotros ya se han presentado otros cien?

Programadores prefabricados y superficialidad

Al igual que en las apps de citas, la foto de perfil y una frase de dos líneas definen tu personalidad, en la búsqueda de empleo como programador también tenemos que cuidar la imagen que proyectamos.

Como decía el primer jefe que tuve: “No solo hay que ser bueno, si no también parecerlo”. Qué tío más simpático.

Las empresas buscan “el candidato ideal” con un molde prefabricado: alguien con exactamente cinco años de experiencia en React, que además sepa de backend, que haya trabajado con AWS, que tenga un título universitario y, por supuesto, que sepa inglés y que esté dispuesto a trabajar por poco dinero. Si no cumples con la lista exacta de requisitos, serás eliminado.

El currículum es tu perfil de Tinder

Es aquí donde entran en escena los programadores prefabricados. Personas que, en lugar de preocuparse por la excelencia y productividad de su trabajo, se enfocan en optimizar su perfil para los algoritmos de selección de personal.

Robots de la película "Yo, robot"

No importa si la persona que vas a contratar sabe de verdad diseñar una arquitectura decente, resolver problemas complejos o si ha contribuido a la comunidad open source con código público; lo que importa es que en su currículum aparezcan las tecnologías demandadas en mayúsculas y negrita.

Es la misma estrategia que usan algunos en Tinder: fotos con coches de lujo que ni son suyos, biografías con frases filosóficas copiadas de Internet o fotos mirando al infinito. En el mundo de la programación, el equivalente es inflar el currículum con palabras clave, hacer bootcamps y cursos exprés para coleccionar certificaciones y añadir en LinkedIn que eres un “JavaScript Ninja” o un “AI Evangelist”. Puro maquillaje barato.

Los reclutadores ven esto y caen en la trampa. Al final, acaban contratando a candidatos con perfiles impecables sobre el papel, pero que en la práctica no saben hacer la O con un canuto. Y claro, con el tiempo se descubre que el príncipe era una rana y que los programadores que merecían la pena fueron descartados porque los reclutadores no prestaron la suficiente atención.

Cuida tu imagen, pero no mientas

La primera impresión que causamos es muy importante. Tanto, que estoy seguro de que, si eres guapo, te será más fácil conseguir trabajo que a alguien cuyos padres son hermanos. Pero eso no significa que podamos mentir indiscriminadamente.

Amadeo Llados con un coche de lujo

Al primero que no le interesa entrar en un puesto de trabajo que no controla es a ti. Si consigues superar las entrevistas personales y técnicas, y a veces no es tan difícil si la empresa tiene prisa en contratar a gente, vas a tener problemas en el día a día para terminar tus tareas y, por consiguiente, con tus compañeros; que van a ser los primeros en descubrirte.

Por supuesto que tenemos que cuidar nuestra imagen, pero sin construir una mentira insostenible. La clave no es aparentar ser alguien que no somos, sino destacar lo mejor de lo que ya somos. En lugar de inflar nuestro currículum con habilidades que no tenemos, podemos aprender a vender mejor las que sí dominamos. Y si realmente queremos multiplicar nuestras posibilidades, hay un recurso mucho más efectivo que la mentira: las conexiones personales.

Tu red de contactos y las recomendaciones

¿Y si te dijera que hay una forma de saltarse la cola? Una forma de conseguir la entrevista de trabajo directamente, sin tener que hacer señales de humo.

Igual que en las aplicaciones de citas, la manera más rápida de destacar sobre el resto de pretendientes es pagar una membresía premium, en el mundo laboral existe un atajo igual de efectivo para llamar la atención de las empresas: tu red de contactos. Y lo mejor es que es totalmente gratis.

La importancia de los contactos

Seguro que alguna vez has oído hablar de la importancia de los contactos profesionales, pero ¿te habías parado a pensar cuánto?

Un hombre de mediana edad llamando por teléfono fijo.

Yo también los he utilizado. Las mejores oportunidades laborales que se me han presentado han sido a través de recomendaciones de antiguos jefes que quedaron satisfechos con mi trabajo después de finalizar nuestra relación laboral.

Ponte en el lugar del empresario: si tuvieras una empresa que está buscando a un trabajador con un perfil determinado y una persona de confianza te recomendara a un conocido remarcando lo buen profesional que es, ¿no le darías la oportunidad contratándolo antes que a cualquier otro desconocido?

Cuando una compañía por error elige a un candidato no apto para un puesto, este le supone una pérdida de miles de euros entre las formaciones, la baja productividad que va a tener durante el tiempo que esté trabajando y la posible indemnización que le tocará pagarle cuando lo despida.

Las empresas no van a correr ese riesgo si pueden evitarlo. Y es ahí donde tienes que estar tú para pedir una recomendación a los profesionales que has ido conociendo en la universidad, el gimnasio o en antiguos trabajos.

Construye tu red de contactos

Llevarte bien con tu ex no siempre es fácil, porque cuando una relación termina se dicen muchas tonterías y, lo que no se dice, se convierte en sentimientos negativos hacia la otra persona. Pero tenemos que hacer un esfuerzo.

¿A quién vamos a pedirle que hable bien de nosotros para conseguir un trabajo si no mantenemos relaciones sanas con la gente que se nos ha ido cruzando en el camino?

Un cerdo de dibujos animados construyendo una casa

En la universidad o el mundo laboral, hay dos cosas imprescindibles para llevarte bien con tus compañeros.

  1. Hacer bien tu trabajo.
  2. Ser simpático.

Y no vale cumplir una sin la otra.

De nada sirve que hagas muy bien tu trabajo si después no te llevas bien con el resto de programadores de la empresa. Hace años, yo tuve más de un problema por quejarme de la forma de trabajar de mis compañeros de equipo y generar conflictos. El trabajo, o la universidad, es una carrera de fondo. Todos vamos a ser más productivos unos días que otros, romper el código de otras personas o tener problemas personales algunos días. Así que intenta no juzgar, en la medida de lo posible, el rendimiento del resto de compañeros. Aunque a veces lo pongan difícil.

En el otro extremo, están las personas que sonríen a todo el mundo, pero no dan pie con bola. Evitar ser esa persona también, porque no olvides que te están pagando por resolver problemas para generar más beneficios a la empresa. Si tu rendimiento no cubre tu salario, es cuestión de tiempo que lo descubran al hacer las matemáticas y, si se alarga en el tiempo, te vas a ir a la calle.

Ni el chico malo, ni demasiado romántico. Sé ese trabajador en el que tu jefe puede confiar responsabilidades y que invita al resto de personas a superarse.

Cómo pedir una recomendación profesional

Habrá quien diga que las recomendaciones son enchufe, que es como hacer trampas. Pero sería estúpido no utilizar este recurso si tenemos la posibilidad de hacerlo. Como el maquillaje en las mujeres o la barba para los calvos.

Podemos conseguir recomendaciones en muchos formatos, pero sin duda la más efectiva es que el contacto que tenemos haga llegar nuestro currículum a las manos de la empresa que oferta el trabajo. Con este tipo de recomendación, no solo entrarás en el proceso de selección, si no que pasarás directamente a la entrevista técnica y con la primera impresión de ser un buen trabajador.

J. Jonah Jameson, de la película Spiderman, fumando

Por lo que he podido experimentar personalmente, la eficacia de las recomendaciones directas que he tenido ha sido muy alta. Prácticamente he conseguido los trabajos en todos los casos. Mi perfil encajaba en el puesto, pero también me vieron con otros ojos al venir recomendado. Si no podrían haber escogido a cualquier otro.

Así que no tengas vergüenza en pedir recomendaciones a tus conocidos, si sabes que conoce a alguien dentro de la empresa en la que estás interesado. Es algo muy habitual en el mundo laboral y quién sabe si mañana podrías ser tú el que recomiende a la otra persona.

La vida no es justa. La programación tampoco

Encontrar trabajo como programador se ha convertido en una carrera de obstáculos donde no siempre gana el mejor, sino el más astuto, el que sabe jugar mejor sus cartas. La competencia es feroz, los filtros de selección pueden ser injustos y la imagen a veces pesa más que la verdadera habilidad escribiendo código.

Sin embargo, hay formas de destacar sin engañar a nadie. Cuidar nuestra imagen profesional y aprender a vender nuestros puntos fuertes de manera honesta es clave. Pero si hay un atajo que realmente funciona, es construir una red de contactos y conseguir recomendaciones directas. Al final, no basta con ser un buen programador, también hay que parecerlo y, sobre todo, conocer a las personas adecuadas.

He-Man de Masters of the Universe hablando

Puede que conseguir una empresa donde trabajar como programador no sea justo. Como tantas cosas en la vida. Pero, ya lo dijo un sabio: ninguna es fea por donde mea.

Carlos Sala Samper

Handmade software.